Compro privacidad
La privacidad, una vez más, molesta para los vendedores y molesta para los clientes.
¿Pero qué hay detrás de estas siglas?
Detrás está el intento de proteger a los ciudadanos europeos de los sin escrúpulos que trafican con nuestros datos. Tal vez parezca muy fuerte decir que trafican, si le parece mejor diremos que comercian con nuestros gustos, nuestras necesidades, con el número de miembros de nuestra familia, con nuestra edad, nuestro sexo, incluso con nuestras limitaciones.
¿Y cómo es posible hacer eso?¿Es posible?
Las respuesta es que sí, por supuesto que es posible, cada vez que le damos clic a Aceptar en una página web, le estamos dando permiso para que creen un perfil con lo que hemos visto en esa página. Igual está pensando que guardar eso no es para tanto, y acertadamente no lo es, pero y si juntamos su visita a esa página, más las de todas las páginas que visita al dia, más su posicionamiento GPS, más los datos que ha dado sobre si mismo en otrá página, pongamos Facebook o Twitter, y si además tienen nuestro número de teléfono y el de nuestros contactos, entonces la cosa se pone muy interesante, y le puedo asegurar que con todo eso se puede hacer un perfil detallado.
GDPR intenta poner límites a esto, y al igual que cuando vamos por la calle o nos llaman por teléfono para hacernos una encuesta, podemos decir que no, que no queremos contestar, y que no queremos que usen nuestros datos personales. Ahora tenemos derecho a decir que no a esto, cuando antes solo teniamos derecho a saber que lo estaban haciendo.
Una de las grandes novedades del Reglamento General de Protección de Datos, es que es obligatorio clarificar que cookies se nos quieren instalar, su objetivo y por supuesto poder hacer un ‘opt-out’. Además se considera datos personales a cualquier información que nos identifique, incluída la dirección IP.
Por eso algunos sitios se han dado prisa en adaptarse a la norma y como resultado han salido a la luz la cantidad ingente de cookies que se guardan al entrar en cualquier página. Cookies que no son necesarias para poder navegar por el sitio y que la gran mayoría proceden de entidades externas al sitio que estamos visitando.
¿Y todos estos datos para que valen?
Pues para vender, o acaso pensaba usted que lo hacen para valorar su carnet de ciudadania. Esto no es China, allí si que se pueden usar todos estos datos y más para controlar a la población.
Habrá visto como cuando entra en una página que vende algo, luego le aparece un anuncio en otras páginas, o en aplicaciones, justo de esa misma tienda y muy posiblemente del producto que ha estado ojeando. Eso es lo que llamamos remarketing, y se consigue mediante la instalación en su navegador de una cookie, que luego será cotejada con el resto de cookies que ya tengan de usted y con su cuenta de gmail, de tal manera que saben a que número de teléfono hay que mostrar al anuncio de lo que acaba de ver en su ordenador.
Bueno, si es solo para eso…
Muchas personas aceptan que les persiga el anuncio, incluso lo ven positivo, porque sirve de recordatorio de algo que tienes en la cabeza comprar. Se trata de una manera más directa y económica, para anunciantes, de conseguir llegar a un público interesado con un mensaje específico y las probabilidades de éxito son altísimas.
No todo vale y sobretodo tenemos derecho a saber que información se recopila de nosotros, y llegado el caso, solicitar su destrucción.
Mucho se ha hablado de Cambridge Analytica, Facebook y el uso que supuestamente se hizo de todos estos datos para manipular a los votantes norteamericanos en las últimas elecciones en las que ganó Trump. Hay que estar alerta, porque esta información es muy deseada y muchos están dispuestos a comprar nuestra privacidad al coste que sea.